Granada hoy llora su perdida.
Viuda,
Se viste de negro
por sus amantes asesinadas.
Los vientos del blanco invierno,
y los bramidos de la noche helada,
resuenan entre cañaverales
donde ayer se escuchaban cantes.
Pero hoy la joya Nazarí llora,
y sus lagrimas
son caudal
de los ríos que cortan la ciudad.
Donde ayer hubo baile, queda silencioso yermo
vigilado desde los cielos por
sangrientos carroñeros
en búsqueda de su próximo cadáver.
¡Pero no saben que fuimos agua!
¡Y ahora somos fuego!
Que bajo la constelación de Capricornio,
se expande, con esmero,
dando nueva vida efímera,
a lo viejo inmutable.
Transmutando sus componentes
para transformar,
dicho yermo,
en radiante vergel
O los Mares en Tsunamis.
O la Brisa en Huracanes.
O un fino temblor,
en un terremoto devastador.
¡Porque No! ¡No callamos ni hoy ni nunca!
Y cuanto más tratáis de enjaularnos,
más libres volamos;
Y cuantas mas mordazas ponéis,
más paredes pintamos;
Por cada local que cerráis,
otras dos calles tomamos;
Por cada artista encerrado,
nuevos cantares serán cantados.
¡Porqué No! ¡No podéis callarnos!
Ni hoy, ni ayer, ni mañana,
Juntos, de la mano,
somos una cadena forjada
con el divino poder de la
inmortalidad.
Somos un equipo de rugby,
que recién entra a un bar;
Somos un séquito de hormigas,
trabajando en colectividad;
Somos Diosas y Dioses
Con el Don de Crear.